Oratoria & Empresa

Comunicación de calidad, un eje más de la estrategia empresarial

Nuestra sociedad ha cambiado mucho en los últimos años, esta transformación ha sido impulsado por la nueva forma en que nos relacionamos. Vivimos inmersos en la comunicación, hoy cualquiera puede ejercer el papel que antes hacían sólo personas dedicadas al periodismo o a la publicidad desde su móvil.

Creamos redes sociales y contenidos constantemente y en soportes múltiples. Pero cuando se trata de ejercer la comunicación en el entorno laboral, no conviene hacerlo de una manera “casera”, puesto que nos movemos en el mercado y el mercado tiene leyes complejas que es mejor conocer bien para posicionarse. Esto implica capacitarse en comunicación de una manera profesional y acorde a las necesidades de la organización. Y aquí no sirve cualquier cursillo o seminario que promete soluciones inmediatas. Tener experiencia en los medios de comunicación es un valor añadido a la hora de formar a las personas para hablar en público con competencia.

Las compañías que se distinguen por ofrecer un servicio de calidad otorgan a la comunicación una función destacada. Entre otras cosas, porque contar con una buena comunicación estimula la iniciativa, la creatividad, la innovación, la participación, el compromiso y la cordialidad de los miembros que forman parte de una empresa; lo cual influye en la gestión, la calidad del trabajo y en la imagen que proyecta la organización.

Además, la comunicación está considerada en la sociedad actual como un valor añadido de las marcas, por tanto se puede contabilizar como un activo más de la empresa. Es importante incluirla en la definición y planteamiento de la estrategia empresarial, puesto que está inversión acabará reflejándose en los números. Por poner un ejemplo, una cultura comunicativa que fomente las relaciones cordiales, propiciará el sentido de pertenencia, hará crecer la satisfacción y mejorará el clima laboral de la empresa. Como consecuencia, el absentismo laboral será menor, lo cual elevará la tasa de producción y disminuirán las pérdidas por causa de bajas.

No hay que olvidar que la identidad corporativa se construye cada día mediante las relaciones interpersonales, y si estas son de calidad contribuirán a que la organización se distinga de la competencia. Cada una de las personas que forman parte de un proyecto empresarial colabora en la construcción de la marca: desde las que conciben una idea, diseñan un producto o crean un servicio, hasta las que se encargan de su desarrollo y las que llevan a cabo su comercialización y distribución. Fomentemos la comunicación respetuosa y productiva, y construiremos empresas más humanas, más eficientes, más felices.

 

Susana Santolaria de Castro